Hipertensión ocular, un enemigo al acecho

Uno de los problemas con que nos podemos encontrar en un ojo es con una aumento de la presión intraocular, el ojo como todos sabemos es mas o menos esférico, dentro está rellenado con líquidos (humor vítreo y humor acuoso, separados por el cristalino, iris y musculos ciliares) y la parte posterior está tapizada por la retina (tejido especializado en la vision, con numerosas celulas nerviosas y vasos sanguíneos).
Ahora vamos a imaginarnos que el ojo es un globo (por algo se llama también globo ocular), si hinchamos demasiado el globo (hay demasiada acumulación de líquido por diferentes causas) las paredes de dicho globo (en este caso sería la retina) estarían bajo una fuerte presión con lo cual se dañaría el tejido celular pudiendo destruir parte de él afectando directamente a la visión. Si seguimos hinchando el globo llega un momento en que las paredes no aguantan y rompen, en este momento es cuando se producen desprendimientos de retina que se reflejan en la vision de zonas negras en el campo de vision normal.

Estos aumentos de presión en el ojo tienen diversos orígenes y la enfermedad que está asociada se denomina glaucoma (existe algun tipo de glaucoma que no cursa con tensión alta), que dependiendo de la causa que lo origine será de mayor o menor efecto en la visión. El problema básico es que no se nota nada hasta que la tension ocular es muy alta y ya está el proceso muy avanzado. Es por ello que la prevención es fundamental, eso significa realizar una tonometría (medida de la tensión ocular) una vez cada 2 años, esta prueba la tenemos incluida en nuestro protocolo normal de revisión visual.
Los factores de riesgo asociados al glaucoma son principalmente: hipertensión ocular, miopía elevada, antecedentes familiares con glaucoma, ser de origen africano y se da más en el sexo masculino.
El tratamiento inicialmente es medicamentoso, si éste falla se pasa a intervención quirúrgica. Lo importante es detectarlo a tiempo.